Carlos A. Varela García. Jefe Dpto. Prevención Riesgos Laborales ISASTUR
Ya hace más de dos décadas que en España se publicó la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y todavía siguen produciéndose accidentes. Es difícil obtener conclusiones solamente de la observación de la evolución de la accidentabilidad, ya que existen diversas variables que pueden llegar a ser influyentes (la economía, los puestos de trabajos, las nuevas o la desaparición de ciertas actividades, la variación en la población trabajadora, etc.).
Lo que está claro, es que si alguien en el mundo supiera como evitar los accidentes, sería ahora multimillonario por vender libros con esa fórmula mágica, o ejerciendo de coach, tan de moda hoy en día. Los grandes «gurús» en la materia, dicen que la clave es cambiar en la Sociedad la cultura en la materia y que eso lleva tiempo.
Desde mi privilegiado puesto de observador, sí he apreciado con el paso del tiempo que la citada cultura está cambiando poco a poco, o al menos así me parece a mí; os cuento.
Aún recuerdo cuando me matriculé en uno de los primeros cursos de Prevención de Riesgos Laborales recién salida la Ley. ¡No sabía de qué iba! Algunos de mis amigos me preguntaban: `¿prevención de qué?´ Incluso recuerdo que me daba vergüenza decir lo que estaba estudiando; y ahora junto con los idiomas, contar con esta formación suele ser uno de los requisitos básicos para optar a cualquier trabajo.
En aquel curso, uno de mis profesores, como introducción hizo un símil con la `draconología´ (ciencia que estudia a los dragones). Nos decía, que al igual que un draconólogo tenía que creer y convencer de que los dragones existen, nosotros los prevencionistas, tendríamos que hacer lo mismo.
Al cabo de unos años de la publicación de la Ley, las empresas más grandes ya hablaban de gestionar y planificar la prevención, ya empezaban a utilizar equipos de protección colectiva y personal, a elaborar y solicitar a sus subcontratas evaluaciones de riesgos para cualquier tarea por menor que ésta fuera, a investigar los accidentes, etc.
Recuerdo también cuando implantamos en ISASTUR la utilización de gafas de seguridad como un equipo de protección personal básico, y trabajadores de otras empresas se burlaban diciendo: `¡ahí vienen las moscas!´, mientras nosotros conseguíamos reducir gradualmente nuestra accidentalidad. Curiosamente, ahora estos trabajadores que se burlaban también las usan.
O cuando propusimos por primera vez en ISASTUR la implantación de la charla pre-tarea (explicación de los riesgos y medidas preventivas a adoptar en una determinada tarea) y algunas personas nos decían que estábamos locos, que era impensable que los mandos realizaran esta actividad y más aún con el poco tiempo del que disponían.
Pues sí, estos son algunos ejemplos que al menos a mí me llevan a pensar que estamos avanzando, que la cultura en materia de prevención de riesgos laborales está cambiando poco a poco, y que aquellas organizaciones empresariales que tienen éxito en la materia tienen una constante que se repite, y es que todos sus miembros, no sólo los Técnicos de Prevención, dedican mucho tiempo a actividades preventivas (evaluación de riesgos, planificación, formación, supervisión y mejora continua). Pero, ojo, ese tiempo dedicado debe ser sin duda de calidad ya que si no, no funciona.
Actualmente en ISASTUR nos estamos enfrentando a otro gran reto, llevar nuestros estándares de prevención más lejos, a otros lugares, a otros países en ocasiones con una cultura en prevención de riesgos laborales diferente a la nuestra.
Espero que con el paso del tiempo y con el inestimable esfuerzo de todos los que integramos ISASTUR podamos apreciar más cambios similares a los relatados… y si no fuera así, al menos siempre nos quedará dedicarnos a la `draconología´.