A través de Martín Silva y www.prevencionintegral.com
Pienso que para mostrar a otras personas, caminos que pueden recorrer para realizar cambios positivos en su vida, es muy necesario experimentarlos previamente, y de esta forma ser una gran inspiración. Se inspira con el ejemplo, más que con cualquier otra cosa. Dar ejemplo, hace a la persona congruente, y esto a su vez, inspira e influye más.
Por eso el líder ha de estar en el camino de liderarse a sí mismo para liderar a otros. Eso supone observación hacia adentro y hacia fuera, ante las situaciones y circunstancias que se atraviesan, para aprender a conocerse, y cambiar aquello que no sea útil.
¿Cómo se puede influir para que se cumplan las normas relativas a la seguridad y salud, no mostrando coherencia con ello? Es difícil, ya que se pierde la fuerza y rotundidad que da la coherencia, y las personas lo captan rápidamente.
Esto no significa que algunas veces seamos incongruentes, ya que está en nuestra propia naturaleza de seres humanos. Si esto ocurre, reconocer las incongruencias honestamente, nos hace más creíbles y confiables, a los ojos y los sentimientos de los demás.
Tratando de responder a la pregunta que he planteado, os propongo un ejercicio muy sencillo que yo he practicado muchas veces, respecto a lo que supone cumplir las normas de seguridad, que te dará una medida de si estás preparado para inspirar a otros. Para ello es necesario precisamente observar nuestras incongruencias de manera honesta.
El ejercicio es muy sencillo, y hasta puede parecer infantil, sin embargo en lo sencillo muchas veces puede haber grandes aprendizajes. Si lo haces con conciencia puede enseñarte mucho acerca de ti mismo, respecto a las normas de seguridad. Se puede convertir en una ocasión de oro.
Se trata de esperar de forma consciente a que un semáforo se ponga en verde, para cruzar la calle como peatón. Alguien dirá, que estoy proponiendo una tontería, sin embargo si sabes aprovecharlo te aseguro que puede enseñarte muchísimo. Puede parecer que esto es diferente, que casi podríamos sacarlo del concepto de norma, sin embargo es más profundo de lo que pueda parecer a simple vista. Por ejemplo, en Alemania los peatones pasan siempre en verde aunque no se vea que vengan coches. ¿Dice algo de ellos, respecto a las normas de seguridad?
Te propongo entonces que investigues en ti mismo y que te plantes conscientemente al lado del semáforo, y si no está en verde, esperes a que se ponga para pasar. Aunque no vengan vehículos y aunque estés solo. Incluso aunque tengas prisa, o estés frustrado, o te parezca imposible que te vaya a pasar algo si cruzas. Experimenta ese momento, date la oportunidad de sentir lo que es cumplir una norma de seguridad cuando en ese momento pienses que no sea necesario, y observa los pensamientos que te vienen a la mente y los sentimientos y emociones que percibes. Date ese pequeño espacio, aceptando lo que surja.
¡Qué tontería!¡Si no viene nadie!¡Si todo el mundo pasa!¡Además tengo prisa!¡Parezco estúpido!¡Yo sé lo que hago!¡Las normas deberían ser flexibles!¡Hay niños pequeños, tendré que esperar!¡Qué pérdida de tiempo!, etc. Cada uno tendrá su propia experiencia, y podrá observar que piensa y siente ante una situación así.
Lo que es interesante es que las conclusiones que obtengas respecto a aquellos pensamientos y sentimientos que te limitan a esperar a que el semáforo se ponga en verde, es muy posible que puedas extrapolarlos al resto de situaciones en las que no eres congruente con el cumplimiento de las normas de seguridad y salud, porque como dice una persona a la que admiro: “Como haces una cosa, lo haces todo”.
¿Te atreves a conocer como experimentas el cumplimiento de las normas de seguridad y salud? El resultado de convertir algo cotidiano en un sencillo ejercicio de auto observación, puede ayudarte a exponerte menos a los riesgos, y manifestar una congruencia mayor con el cumplimiento de las normas de seguridad y salud.