Artículo publicado en la revista «Asturias Prevención» por Carlos Varela y María Rivas Ardisana, responsables de PRL e I+D+i del Grupo ISASTUR
Existen dos razones principales por las cuales la seguridad vial es una materia importante a considerar en el ámbito de la prevención de riesgos laborales, una de carácter jurídico, relacionada con lo establecido en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, y otra de carácter estadístico, pues se trata de un factor de riesgo con una incidencia grave en la siniestralidad laboral total.
Desde el punto de vista jurídico, resulta obvio que la conducción durante la jornada laboral o de camino al trabajo está incluida dentro de las condiciones laborales que pueden suponer riesgos para el trabajador (conductor o peatón), y atendiendo a lo que reza la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, dichos riesgos deben ser eliminados o, en su defecto, minimizados con medidas preventivas eficaces para controlarlo.
En cuanto a la razón estadística, según los datos del INSHT, los accidentes laborales de tráfico, tanto en misión como in itinere, ocurridos durante el 2008 supusieron más de un 9% del total de los accidentes laborales totales notificados con baja. En lo relativo a la gravedad de los accidentes laborales de tráfico, por ejemplo, durante el año 2005 supusieron casi un 39% del total de accidentes de trabajo mortales.
Centrándonos en una de las principales causas de mortalidad por accidente de tráfico, uno de cada cuatro fallecidos en accidente de tráfico lo es por exceso de velocidad. En el año 2012 447 personas fallecieron y 1.746 resultaron heridas graves en accidentes relacionados con el exceso de velocidad, la mayoría en vías convencionales y vías urbanas, y sólo un 10% aproximadamente en autopistas y autovías. Resulta obvia pues la necesidad de aplicar medidas que ayuden a disminuir el millón de infracciones por exceso de velocidad detectadas.1
Los reductores de velocidad, más conocidos como badenes, son resaltos que se disponen transversalmente en la calzada con el propósito de que puedan sobrepasarse cómodamente a una determinada velocidad a partir de la cual la molestia se hace más y más notable. El objetivo no es otro que el de contribuir a “calmar o pacificar el tráfico”2: implantar el principio de moderación de la velocidad de circulación en las calles, de modo que el vehículo (coche, furgoneta, autobús, camión, etc.) pueda ser compatible con otras alternativas más “blandas” y respetuosas con las necesidades de las personas: el desplazamiento a pie y en bicicleta.
La dramática realidad que anualmente reflejan las estadísticas de tráfico es el principal argumento para vencer una de las barreras para la implantación de este tipo de medidas: la voluntad de la administración. La siguiente barrera en importancia es la resistencia de los conductores. Independientemente de si pasan o no a la velocidad adecuada, los conductores profesionales en rutas con badenes se enfrentan a riesgos para su salud3, a causa de las repetidas vibraciones a las que están sometidos. Algunos estudios también destacan que los pasajeros, principalmente si se sientan con frecuencia en las últimas filas, están igualmente padeciendo riesgos para su salud.
Ante esta situación, hay países que han optado por eliminarlo de las rutas de transporte público. Sin embargo esta es una decisión que no es del agrado de los que consideran que no deben de hacerse excepciones con el transporte público en la lucha por la moderación de la velocidad. En cualquier caso, esta medida no viene a solucionar el problema para los servicios privados (autocares escolares o de empresa, repartidores, u otros muchos).
Finalmente, es la oposición de los servicios de emergencias, principalmente de bomberos y ambulancias, la que está siendo la principal barrera a los badenes convencionales5, ya que suponen un aumento del tiempo de respuesta de los vehículos de emergencia, mayor aún sobre las ambulancias cuando llevan pacientes a bordo (a 20km/h un badén puede provocar una aceleración de 15m/s2 y a 30km/h una de 30m/s2).
En este contexto, el Grupo ISASTUR ha desarrollado un badén inteligente escamoteable, VIVADEN, que sólo presenta un resalto en determinadas situaciones (p.e. sobrevelocidad de vehículo o si se trata de hora punta), y es capaz de discriminar a los servicios de emergencias, ocultándose a su paso. Además, VIVADEN permite su control remoto desde un Centro de Gestión del Tráfico, facilitando, por ejemplo, la coordinación de un conjunto de badenes.
La idea original fue planteada al Grupo Isastur por la empresa UGS, con larga trayectoria de colaboración con la Administración pública en proyectos del campo de los derechos civiles (principalmente vivienda, medioambiente, y seguridad vial). En el proyecto, también ha tenido un destacado papel la ingeniería gijonesa MJ INGENIEROS.
VIVADEN se comercializa a través de la sociedad mercantil MOVIVO, cuya principal actividad será la elaboración y prestación de proyectos de movilidad sostenible. El proyecto de desarrollo de VIVADEN ha sido financiado por el IDEPA y cofinanciado con fondos FEDER.
NOTAS
1 Dirección General de Tráfico, “Los excesos de velocidad causan casi 500 muertes al año por accidentes”, Nota de Prensa, 31 de Marzo de 2014.
2 Una reducción de 10 mph puede conseguir una reducción de accidentes de un 50%, de acuerdo con diversos estudios, entre otros
WEBSTER, D C and A M Mackie (1996). Review of traffic calming schemes in 20 mph zones. TRL Report 215. Transport Research Laboratory, Crowthorne, Berks; y STARK, D C (1995). Speeding is an important urban problem. Proceedings of the 23rd European Transport Forum, PTRC. Warwick University, y Webster & Mackie, 1996).
3 Granlund J., and Brandt A., Bus Drivers’ Exposure To Mechanical Shocks Due To Speed Bumps. Swedish Road Administration Consulting Services, 2008.
4 Munjin M., Zamorano J., Marre B, Ilabaca F, Ballesteros V, Martinez C, Yurac R, Urzua A, Lecaros M, Fleiderman J, Garcia N. Speed Hump Spine Fractures: Injury Mechanism and Case Series. Journal of Spinal Disorders and Techniques 24: 386-389, 2011.
5 Randel R. Jaeger,Traffic Calming – Speed Humps – Effect on emergency response times, Des Plaines Fire Department, 1996.