María Rivas Ardisana, responsable de I+D+i, analiza el valor de la innovación en las empresas a partir del proyecto VIVADEN, el badén inteligente desarrollado por el Grupo ISASTUR que acaba de recibir el premio Socio Innovador del Club Asturiano de la Innovación.
La entrevista fue publicada por el Canal Innova en el diario El Comercio
¿Cómo surge el proyecto VIVADEN?
A principios de 2012 entramos en contacto con una empresa que tenía esta inquietud. La idea original era simple: un badén sólo para los infractores. El reto era resolverla. El Grupo Isastur había realizado algunas actuaciones en el campo de la movilidad sostenible, concretamente sobre vehículo eléctrico y car sharing. VIVADEN representaría una innovación radical en este mismo ámbito al que éramos sensibles. La idea nos gustó tanto que de hecho, tomamos la iniciativa de su desarrollo.
La buena acogida mediática del proyecto ¿se traduce también en una buena expansión comercial? ¿Interesa a las administraciones como herramienta de pacificación del tráfico?
Tenemos que agradecer el tratamiento que se le está dando por parte de los medios, es una ayuda para la presentación comercial, ya que siembra la curiosidad y genera expectativas. Lógicamente, los contratos sólo se cierran tras un minucioso estudio de los detalles por parte de los clientes, pero es cierto que la predisposición es buena. En cuanto al interés como herramienta de pacificación de tráfico, nos los confirma el primer estudio de impacto que hemos hecho en la instalación piloto, y las impresiones que nos trasladan las administraciones que estamos visitando.
¿Hay futuro en las tecnologías relacionadas con la movilidad sostenible?
Sin duda, la movilidad sostenible no deja de basarse en mejorar las comunicaciones y los medios de transporte, en este caso, con criterios de sostenibilidad. Hay muchas facetas de mejora y muchas tecnologías que pueden aportarlas; la gestión inteligente del tráfico, y los vehículos más seguros y más limpios, son las caras más visibles de la movilidad sostenible.
¿Va el Grupo ISASTUR a abrir una línea de I+D+i especializada en movilidad sostenible?
Sí, se hará desde la sociedad MOVIVO, que toma el relevo del proyecto de desarrollo inicial de VIVADEN para darle continuidad e introducirlo en el mercado.
El Grupo ha trabajado también en proyectos relacionados con el vehículo eléctrico. ¿Esta opción de movilidad tiene menos futuro del que se esperaba?
Para el que esperaba que sustituyera por completo al de combustión, sí. Sin embargo, el error ha estado en transmitir ese mensaje de supremacía del vehículo eléctrico, cuando en el mensaje correcto era el de fin de la supremacía del vehículo de carburante fósil. Ese debería de ser el auténtico objetivo de todos nosotros, que dentro de unos años, haya un parque de vehículos que hagan que nuestra movilidad sea sostenible. De todas formas la decepción con el vehículo eléctrico seguramente era inevitable, todas las tecnologías nuevas que pueden transformar nuestra forma de vida generan exceso de expectativas: la robótica, la realidad virtual, los tejidos inteligentes.. Todas ellas tienen su sitio y un gran potencial para evolucionar, pero difícilmente suponen una revolución a gran escala de un día para otro.
¿Qué valor tiene el premio Socio Innovador que acaban de recibir?
Es un reconocimiento que nos permite proyectar la imagen de nuestra faceta innovadora, que es seguramente la menos conocida. Isastur es una empresa abierta a la innovación, este es el mensaje que este Premio nos permite transmitir a la sociedad asturiana, y a su tejido empresarial. No deja de ser también un compromiso que hacemos públicamente con la innovación, ya que nos obliga a no bajar el listón.
¿Qué valor hay que dar a que el Grupo ISASTUR mantenga su departamento de I+D+i a pesar de la crisis?
Apostar por la innovación en tiempos de crisis, muestra un sólido compromiso con la innovación. Además, ISASTUR mueve la mayor parte de su negocio en sectores muy tradicionales, como el eléctrico o el metal, en los que las innovaciones se introducen muy poco a poco. Por tanto, mantener este compromiso con la innovación muestra auténtica vocación innovadora. Sin embargo no hemos seguido como si tal cosa, hemos dado un giro hacia la innovación, cancelando proyectos de I+D que ofrecían resultados a muy largo plazo o que no venían respaldados por un interés detectado desde el mercado. Hemos potenciado e internacionalizado nuestra vigilancia competitiva, estamos más alerta que nunca. Ahora filtramos más en la etapa inicial y gestionamos los proyectos de I+D a través de métodos más ágiles, que nos permiten contrastar las ideas y su evolución directamente con el mercado.
¿Es realmente productivo invertir en I+D+i? ¿Qué retorno real tiene esa inversión en el caso del Grupo ISASTUR?
La inversión en I+D+i es un intangible, es un error considerarlo un gasto o una inversión que debe rendir en el corto plazo. Por el contrario, la riqueza que se genera no es sólo de capital en el sentido financiero, ya que la inversión en I+D es un motor de desarrollo para la competitividad y el empleo. Lo que ocurre es que el retorno es muy desigual según las actuaciones, el índice de fracaso es alto, y lógicamente, pierde atractivo para las empresas. De ahí la importancia de establecer y dotar políticas que apoyen la innovación, en todos sus frentes: la sociedad, la empresa, y la propia administración. El balance en el caso del Grupo Isastur es positivo, pero en conjunto no resulta atractivo en términos de rendimiento económico, ya que muchas inversiones se han dirigido a generar nuevo conocimiento o a la mejora de procesos.
¿En qué trabaja actualmente su departamento y qué proyectos hay en cartera?
En los próximos meses vamos a terminar dos proyectos, un nuevo equipo de diagnóstico de instalaciones fotovoltaicas integradas arquitectónicamente, y la gestión automática de un sistema de almacenamiento eléctrico para soporte a la operación de la red. Este último es un proyecto mucho más amplio coordinado por EdP energía aquí, en Asturias. También estamos trabajando de lleno en la evolución de las redes eléctricas en redes más inteligentes, desde el punto de vista del aprovechamiento de la infraestructura de telemedida, los famosos contadores inteligentes, para la mejora de la operación de la red. Los proyectos en cartera se abren a las redes de gas y de agua, en las que trabajaremos en sistemas autoalimentados, y en facilitar la interoperabilidad con el universo de herramientas que componen la gestión de estas redes.