Antes de iniciar los trabajos debemos asegurarnos de que el recinto va a estar totalmente aislado y bloqueado frente a dos tipos de riesgos:
Revisar los equipos necesarios para la realización de los trabajos (ver Plan de Seguridad y Salud de la obra).
El personal que acceda al interior del recinto lo hará sujeto con cuerda de seguridad y arnés desde el exterior, en donde se dispondrá de medios de sujeción y rescate adecuados. Además, en el exterior se dispondrá de medios de extinción de incendios apropiados.
El vigía siempre estará fuera, en la entrada del espacio confinado, y no dejará su puesto en ningún caso.
Controlará todas las operaciones manteniendo un contacto continuo con los trabajadores del interior, visualmente o por un medio de comunicación eficaz.
En el interior del recinto es imprescindible efectuar mediciones continuadas de la atmósfera. Se dispondrá para ello de los aparatos de medición oportunos.
Al finalizar los trabajos en el interior, se retirarán todos los equipos y útil empleados, dejando el entorno ordenado y limpio.
El trabajador que realiza las labores de vigilancia no debe abandonar su puesto hasta que todos los operarios hayan finalizado completamente sus labores en el espacio confinado y estén completamente fuera del mismo.
Se comunicará al Encargado la finalización de los trabajos para, si procede, eliminar los sistemas de enclavamiento y bloqueo.
Si los trabajos deben continuar en sucesivas jornadas, deberá volver a
iniciarse el proceso de revisión de equipos, información a los trabajadores,
autorización,...El único paso que no es necesario repetir es el de Nombramiento
del Recurso Preventivo, siempre que el trabajador que vigile los
trabajos desde el exterior sea el mismo que en la jornada anterior.