Los riesgos psicosociales tienen sus raíces en el complejo ámbito de la organización del trabajo y, a pesar de que sus consecuencias negativas para la salud no son tan evidentes como las de los accidentes de trabajo o las enfermedades profesionales, también pueden tener una notable relevancia manifestándose a través de problemas como el absentismo, la rotación de personal, los defectos de calidad o el estrés que, en conjunto, representan importantes costes tanto en términos de salud para las personas como económicos para la empresa.
Los factores psicosociales se pueden definir como "aquellas características de las condiciones de trabajo y, sobre todo, de su organización que afectan a la salud de las personas a través de mecanismos psicológicos y fisiológicos a los que también llamamos estrés" (definición de Istas21).
Más o menos todos tenemos un concepto intuitivo de lo que es el estrés, una respuesta del organismo ante una situación que requiere algún tipo de respuesta, dicha respuesta se traduce en poner al propio organismo en situación de alerta para poder actuar. Este proceso es normal y ha permitido al hombre sobrevivir hasta nuestros días, ante una situación de amenaza, todo nuestro cuerpo se prepara para la huída o la lucha. Una vez que la amenaza desaparece, el organismo vuelve a su estado normal.
El estrés como riesgo aparece cuando la situación de alerta se prolonga en el tiempo, lo cual impide al organismo relajarse, de modo que se encuentra en un estado continuo de tensión. Esta situación mantenida en el tiempo puede dar lugar a todo tipo de alteraciones en el organismo.
De este modo, el estrés podría definirse como "el conjunto de reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y del comportamiento a ciertos aspectos adversos o nocivos del contenido, la organización o el entorno de trabajo; es un estado que se caracteriza por altos niveles de excitación y de angustia, con la frecuente sensación de no poder hacer frente a la situación" (definición de Istas21).
Entendiendo por salud un "estado de equilibrio físico, psíquico y social" (definición de la OMS), resulta evidente la necesidad de considerar los aspectos psicosociales del trabajo, no sólo como factores de riesgo sobre los que debemos actuar para evitar consecuencias negativas sobre la salud, sino como vía de potenciación de las cuestiones positivas para la salud de los trabajadores como son el bienestar y la satisfacción en el trabajo.