La patología específica derivada de los trabajos con PVD presenta orígenes y causas diferentes, por lo que su tratamiento será distinto a pesar de que los objetivos son idénticos: mejora de las condiciones de trabajo.
No todos los problemas son atribuibles a las propias PVD, sino que muchos de ellos son comunes a cualquier puesto de trabajo de características similares, o bien son dependientes del mal tratamiento de los riesgos y de las propias organizaciones.
Las alteraciones más frecuentes sufridas por los operadores de PVD se pueden agrupar en tres grandes apartados:
El esquema siguiente muestra las alteraciones sufridas por los operadores de PVD.
La fatiga visual es una modificación funcional, de carácter reversible, debida a un esfuerzo excesivo del aparato visual. Sus síntomas se presentan en tres niveles:
Es debida a una tensión muscular estática, dinámica o repetitiva. Estos esfuerzos excesivos pueden producir dolores cervicales, del dorso, tirantez en la nuca y lumbalgias.
Es debida a un esfuerzo intelectual o mental excesivo. Este tipo de fatiga es el que tiene mayor incidencia entre los trabajadores que operan con PVD.
Los síntomas de fatiga mental pueden ser de tres tipos:
Si el organismo es incapaz por sí mismo de recuperar el estado de normalidad o persisten las condiciones desfavorables del equipo, ambiente o incorrecta racionalidad del trabajo, el estado de estrés es inevitable.