Para el descenso realizar las operaciones indicadas anteriormente en sentido inverso.
Para las torres más altas y con perfiles más consistentes es preferible el doble anclaje en Y.
Una vez se asciende al apoyo, frecuentemente es necesario salir por las crucetas para trabajar con cadenas y conductores.
Para este desplazamiento usaremos como cuerda de seguridad un latiguillo de cuerda semiestática de 10 m que forma parte del equipamiento personal.
Para el uso correcto del mismo hemos de tener en cuenta lo siguiente:
Para poder soltarse de la cuerda vertical y estar protegido por un sistema anticaídas la primera operación será fijar la cuerda anticaídas a un perfil por encima de la cabeza y a continuación sujetarse a la estructura con el elemento de amarre regulable, como se ha explicado para reposicionar la pértiga.
A continuación anclar el latiguillo de 10 m a un montante de la torre utilizando un anillo de cinta con mosquetón.
El anticaídas deslizante que permanece sujeto al arnés y a la cuerda vertical se suelta de ésta y se fija al latiguillo. En función de la longitud de la cruceta será necesario colocar uno o más anillos de cinta para soporte intermedio del latiguillo.
El desplazamiento por la cruceta e incluso por las escaleras bien sean de suspensión o amarre quedará asegurado por el sistema anticaídas constituido por arnés, latiguillo de cuerda semiestática y anticaídas deslizante (rana).
Cuando se realizan desplazamientos horizontales es necesario tener en cuenta el efecto péndulo, ya que si nos alejamos de la vertical del punto de suspensión aumentan las posibilidades de golpearnos contra la estructura en caso de caída.
Al moverse horizontalmente, es importante ir corriendo la rama por el latiguillo para evitar que se enrede la cuerda. La flecha de la rama deberá apuntar al punto de amarre del latiguillo.