Cuando además de pararse la respiración se para el corazón, estamos ante una parada cardiorrespiratoria.
La persona que sufre una parada cardiorrespiratoria cae al suelo inconsciente, no respira y, además, no tiene pulso.
El corazón puede pararse por dos circunstancias fundamentalmente:
Coloque el talón de su mano derecha más arriba de los dos dedos, sobre el esternón.
Ponga la otra mano encima, estire los codos, déjese caer apoyando el peso de su cuerpo sobre el esternón de la víctima.
Está calculado que la presión
que debe ejercerse sobre el tórax de la víctima es la que ejerce un adulto
de aproximadamente 70 Kg. de peso, consiguiendo que el esternón descienda
de unos 3 a 4 cm. En caso de que su peso sea superior al citado
anteriormente, apóyese más suavemente sobre el tórax del paciente. En
niños se debe comprimir el tórax con menos fuerza, y si son menores de
7 años, la compresión se realizará con una sola mano.
Debe darse una compresión cada segundo o un poco más deprisa hasta completar 15 compresiones. Después vuelva a dar dos soplos. En caso de que haya dos personas que conozcan estas maniobras de R.C.P., una mantendrá permeable la vía aérea y hará la respiración y la otra se encargará del masaje cardíaco. La frecuencia en este caso será 1 soplo y 5 compresiones.
Cada 4 ciclos completos de 2 soplos y 15 compresiones, compruebe el pulso de nuevo. Si aparece el pulso, suspenda la reanimación, en caso contrario continúe hasta que llegue la ayuda sanitaria.
El conjunto de técnicas de respiración artificial y masaje cardíaco es lo que
se llama REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR o R.C.P. básica. Se llama
básica porque es la que se hace por personal no sanitario. Cuando más
precozmente se inicie la R.C.P. básica, mayores probabilidades hay de
éxito y, sobre todo, de recuperación sin secuelas neurológicas. De ahí la
importancia de que el mayor número de personas posible conozca estas
técnicas de reanimación.
RECUERDE: