En materia de prevención de riesgos laborales, a través de la información y de la formación de los trabajadores se pretende dotar al trabajador de aquellos conocimientos y capacidades que le permitan analizar la situación y reaccionar de la forma adecuada adoptando un comportamiento preventivo.
La planificación de la formación en prevención de riesgos laborales debe partir de la realización de un análisis de las necesidades existentes, la determinación de los destinatarios, el establecimiento de unas prioridades de actuación en función de las necesidades detectadas y la determinación de los objetivos formativos que se pretenda alcanzar.
A partir de aquí se determinará el programa de formación a desarrollar, definiendo los contenidos correspondientes, estimando los recursos necesarios (materiales, humanos, económicos) y diseñando la temporalización.
En el área psicosocial, hablar de formación significa hablar de una herramienta que ayuda a satisfacer las necesidades y expectativas que el trabajador tiene sobre su trabajo, siendo un instrumento que le permite, por ejemplo, adaptarse a las nuevas situaciones de trabajo potencialmente generadoras de estrés y mantenerse actualizado en su profesión, lo cual le abre expectativas de promoción y desarrollo profesional.