En resumen, los efectos de la corriente eléctrica se pueden dividir en:
Efectos directos
a) Alteraciones funcionales
Paro cardíaco: se produce cuando la corriente pasa por el corazón y su efecto en el organismo se traduce en un paro circulatorio por parada cardiaca.
Asfixia: se produce cuando la corriente eléctrica atraviesa el tórax. Impide la actuación de los músculos de los pulmones y la respiración.
Quemaduras: Internas o externas por el paso de la intensidad de corriente a través del cuerpo o por la proximidad al arco eléctrico.
Tetanización o contracción muscular: Consiste en la anulación de la capacidad de reacción muscular que impide la separación voluntaria del punto de contacto.
Este fenómeno sirve, como hemos visto, para definir el concepto de intensidad límite.
Fibrilación ventricular: Se produce cuando la corriente pasa por el corazón y su efecto en el organismo se traduce en un paro circulatorio por rotura del ritmo cardíaco.
Se presenta con intensidades del orden de 10 mA.
La fibrilación se produce cuando el choque eléctrico tiene una duración superior a 0.15 segundos, el 20% de la duración total del ciclo cardíaco medio del hombre, que es de 0.75 segundos.
Lesiones permanentes: Producidas por destrucción de la parte afectada del sistema nervioso (parálisis, contracturas permanentes, etc.).
b) Alteraciones secundarias
Quemaduras.
Complicaciones renales, oculares, auditivas, etc.
Efectos indirectos
No son provocados por la propia corriente, sino que son debidos a actos involuntarios de los individuos afectados, como golpes contra objetos, caídas, etc., ocasionados tras el contacto con la corriente, que, si bien por el mismo, a veces no pasa de ocasionar un susto o una sensación desagradable, sin embargo, sí puede producir una pérdida de equilibrio con la consiguiente caída al mismo o distinto nivel y el peligro de lesiones, fracturas o golpes con objetos móviles o inmóviles que pueden incluso llegar a producir la muerte.