La resistencia eléctrica del cuerpo humano depende de múltiples factores por lo que su valor se puede considerar en cierto grado aleatorio.
Entre los factores que intervienen, determinados experimentalmente, podemos señalar: tensión aplicada, edad, sexo, estado de la superficie de contacto - humedad, suciedad, etc. - trayectoria de la corriente, alcohol en sangre, presión de contacto, etc. Para el organismo humano y como base de cálculo se pueden considerar los siguientes valores:
El cuerpo humano actúa como un semiconductor, de ahí que su resistencia varíe con la tensión.
El Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (de valor medio) fija el valor de la resistencia eléctrica del cuerpo humano en 2.500 Ohmios.
Comenzaremos por distinguir entre corriente de defecto, la que circula debido a un defecto de aislamiento y corriente de contacto, la que pasa a través del cuerpo humano cuando está sometido a una tensión.
De acuerdo con los tipos de corriente, diferenciaremos también tensión de contacto (la aplicada al cuerpo humano) y tensión de defecto. Entendiendo por tales, la diferencia de potencial que por un defecto pueda resultar aplicada entre la mano y el pie de una persona que toque con aquella una masa o elemento normalmente sin tensión, o la diferencia de potencial que aparece a causa de un defecto de aislamiento, entre dos masas, entre una masa y un elemento conductor o entre una masa y tierra, respectivamente.
Desde el punto de vista del riesgo, la única tensión a considerar es la de contacto, pero en la práctica, la tensión que se maneja es la de defecto.
Parece claro que el efecto de la corriente cuando un cuerpo se electriza, es muy diferente en función de las características de la persona afectada.
Algunas causas posibles serían: