La protección de manos y brazos se consigue básicamente con los guantes.
Éstos pueden ser de diferentes tamaños, llegando algunos a proteger el antebrazo o el brazo entero.
Como en todos los EPI, se debe realizar un análisis previo del riesgo y elegir el EPI apropiado para dicho riesgo.
Los guantes pueden clasificarse en:
a. Guantes de protección frente a riesgos mínimos: pertenecen a la categoría
I y son los que protegen al usuario frente a:
b. Guantes de protección frente a riesgos mecánicos: pertenecen a la categoría II y son los que protegen al usuario frente a riesgos tales como, cortes, pinchazos, golpes, etc. Estos guantes protegen de riesgos importantes, por lo que necesariamente han de pasar por unas pruebas específicas de resistencia a:
c. Guantes de protección contra productos químicos: pertenecen a la categoría III y deben reunir unos requisitos en sus prestaciones respecto a:
d. Guantes de protección contra riesgos térmicos para uso en ambientes de temperatura 50º C < T < 100º C: pertenecen a la categoría II y protegen frente al calor o las llamas, que pueden presentarse de las siguientes formas:
e. Guantes de material aislante para trabajos eléctricos: pertenecen a la categoría III y protegen de los riesgos de contactos eléctricos, clasificándose como sigue:
Clase | Tensión de prueba V (valor eficaz) | Tensión máxima de utilización (V) |
---|---|---|
00 | 2.500 | 500 |
0 | 5.000 | 1.000 |
1 | 10.000 | 7.500 |
2 | 20.000 | 17.000 |
3 | 30.000 | 26.500 |
4 | 40.000 | 36.000 |